Cuando hablamos acerca de la esclerosis múltiple (EM), solemos aludir a las lesiones y recaídas; sin embargo, es posible que también haya oído hablar de la atrofia cerebral. Como cada vez se cita más la atrofia cerebral, especialmente en los círculos de expertos en EM, resulta pertinente explicar en qué consiste y por qué hablamos de ella.

La atrofia cerebral es un término usado para describir la pérdida de tejido cerebral que presentan todas las personas de forma natural como parte del proceso de envejecimiento. Este proceso se conoce también como pérdida de volumen cerebral o encogimiento del cerebro. Y, aunque se trata de un proceso natural, el daño provocado por la EM puede acelerarlo.

La causa de que la atrofia cerebral se produzca a un ritmo más acelerado en las personas con EM no está completamente clara y se barajan diversos motivos. Una explicación establece que la inflamación causada por la EM ataca la mielina, que es un revestimiento protector de las neuronas y otras células nerviosas, lo que aumenta el riesgo de que las células puedan sufrir daños provocados por el sistema inmunitario. El daño producido en el tejido cerebral puede causar tanto lesiones como una pérdida de tejido, que a su vez puede contribuir al desarrollo de la atrofia general del cerebro. Otra explicación indica que la inflamación puede provocar un desplazamiento de líquidos en el cerebro, lo que afecta al volumen cerebral. No queda clara la importancia que tiene cada elemento en el desarrollo de la atrofia cerebral asociada a la EM y puede variar en función de una serie de factores, tales como el estadio de la enfermedad y la parte del cerebro afectada. 

Cada vez más, las investigaciones muestran que la atrofia cerebral desempeña un papel importante en la EM. Se trata de algo que se ha observado desde las fases más tempranas de la EM y que continúa a lo largo de todo el curso de la enfermedad. Varios estudios han demostrado que el aumento de la atrofia cerebral está relacionado con el empeoramiento de diversos síntomas de la EM, tales como la disminución de la capacidad cognitiva y el aumento de la discapacidad física, y se asocia a una disminución en la calidad de vida en términos de disfunción sexual y salud mental general.

También se ha demostrado que la atrofia cerebral que se produce de forma temprana en personas con EM puede ser un indicador del modo en que evolucionarán ciertas discapacidades a lo largo del curso de la enfermedad.

Cuantificar de forma precisa la atrofia cerebral puede ser un proceso muy complejo. Por ello, las técnicas necesarias para obtener imágenes detalladas de la atrofia cerebral deben ser muy precisas y pueden requerir complicados análisis. Debido a esto, es poco probable que hoy por hoy su médico utilice la cuantificación de la atrofia cerebral para evaluar su EM; sin embargo, dicha cuantificación sí se utiliza en estudios para tratar de obtener más información sobre la enfermedad.

La cuantificación de la atrofia cerebral se realiza utilizando una técnica denominada resonancia magnética (RM). La RM es una técnica que usa campos magnéticos y ondas de radio para generar imágenes del cerebro. Es posible que su médico haya utilizado esta técnica para detectar la presencia de lesiones, que aparecen como manchas brillantes en la exploración. Cuando se utiliza la RM para cuantificar la atrofia cerebral, son varios los métodos que se usan para calcular el tamaño de las diferentes regiones del cerebro y determinar el modo en que el volumen del cerebro varía con el tiempo.

La atrofia cerebral puede resultar relevante al hablar de las opciones de tratamiento con su médico o enfermero especialista en EM. Diversos tratamientos modificadores de la enfermedad (TME) han demostrado reducir la tasa de atrofia cerebral en los pacientes con EM.  Puede obtener más información sobre el papel que desempeñan los TME en el tratamiento de la EM aquí.

La atrofia cerebral puede resultar relevante al evaluar el estado de salud general de su cerebro

La atrofia cerebral se ha relacionado con una serie de diferentes problemas en la EM, entre ellos la discapacidad física.^1,2

La atrofia cerebral es un factor de riesgo para el cansancio.⁷

La atrofia cerebral se ha relacionado con la disfunción cognitiva.²

La atrofia cerebral se ha relacionado con un menor bienestar emocional.¹

Los síntomas de la atrofia cerebral pueden afectar a las relaciones y la vida diaria de los pacientes con EM y sus allegados.

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