El yoga terapéutico

Sanofi

El confinamiento ha alterado las rutinas de todos. Por suerte existen alternativas que nos permiten seguir manteniendo hábitos saludables, asegurándonos unos mínimos de actividad física que nos permita seguir cuidando de nuestro cuerpo y nuestra mente. 

El Yoga terapéutico puede ser una gran opción para todos los que sufrís EM y debido al confinamiento no disponéis de recursos, material o espacio para desarrollar vuestra actividad física habitual.

Esta modalidad recoge los principios fundamentales sobre los que se edifica el yoga (unión cuerpo-mente) y desarrolla una serie de ejercicios posturales y de respiración que pueden tener beneficios en diferentes síntomas, algunos de los cuales están presentes en la EM, especialmente aquellos asociados con la percepción de sensaciones (fatiga, dolor, ansiedad) y con disfunciones relacionadas con ausencia de fuerza y control en la musculatura profunda (actividad sexual, control de esfínteres, etc.).1

De acuerdo con investigaciones realizadas en personas con EM, las sesiones de yoga dirigidas a las mismas podrían constar de tres fases, una primera centrada en la realización de movimientos lentos y progresivos, una segunda de control de la respiración y una tercera de concentración.

La primera parte puede incluir al menos cuatro movimientos ejecutados suavemente en posición supina (boca arriba) en la que la persona debe centrar su atención en la percepción de una parte del cuerpo y acompasar la respiración con el ejercicio. Por ejemplo, el paciente puede centrarse en la planta del pie, tratar de percibir sensaciones que procedan de la misma (frío, calor, tensión…) y movilizar la articulación del tobillo, mientras realiza respiraciones profundas y relajantes. Estas sesiones pueden tener una duración de 40 minutos.2

Otros autores recomiendan el empleo de posiciones clásicas de yoga, pero adaptadas a las posibilidades de la persona. Pueden realizarse, en el suelo, en una silla, o ayudándose de una pared.3 Las posiciones se mantienen durante unos 10 segundos, y se intercala un descanso de 30-60 segundos entre las mismas. Se aconseja finalizar las sesiones con ejercicios de relajación progresiva.

Previsiblemente, tras la realización de dos sesiones por semana durante tres meses, pueden experimentarse mejoras en la autonomía de la marcha, gracias a una mejor percepción de la fatiga y a una mayor sensación de equilibrio.

A continuación, os proponemos una serie de ejercicios para que os animes a probar-lo y a empezar a disfrutar de sus múltiples beneficios.
 

Con la colaboración de Jennifer RomeroInstructora de Yoga

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Bibliografía

1. Rogers, K. A., & MacDonald, M. (2015). Therapeutic yoga: symptom management for multiple sclerosis. The Journal of Alternative and Complementary Medicine, 21(11), 655-659.

2. Najafidoulatabad, S., & Mohebbi, Z. (2014). Yoga effects on physical activity and sexual satisfaction among Iranian women with multiple sclerosis: a randomized controlled trial. African Journal of Traditional, Complementary and Alternative Medicines, 11(5), 78-82.

3. Guner, S., & Inanici, F. (2015). Yoga therapy and ambulatory multiple sclerosis assessment of gait analysis parameters, fatigue and balance. Journal of Bodywork and Movement Therapies, 19(1), 72-81.


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